El domingo pasado decidimos mi amigo Manolo y yo de ir a pesca doradas. Nos levantamos temprano, sobre las 7:00 de la mañana. Tras montarnos en el coche, nos dirigimos a realizar el primer paso, la compra del cebo. Una vez en la tienda y viendo los cebos que tenian, decidí comprar cangrejos y alguna que otra gusana, ya que no disponian en ese momento de navaja viva.
Después de realizar éste paso, nos dirigimos hasta la playa de Mazagón, en la cual escuchamos ya alguna que otra captura de Dorada. Una vez en la playa vimos como todo parecia bueno: el estado de la mar, viento... y la temperatura tampoco estaba mal. Pero al lanzar las cañas nos dimos cuenta que habia morralla y se llevaba el cebo en poco tiempo, menos cuando se utilizaba el cangrejo. Viendo lo que habia decidí poner cangrejo en ambas cañas y esperar a que entrase la dorada.
Despues de almorzar en la playa, y ver que no se producia ninguna picada entre nuestras cañas ni en las cañas de los pescadores del alrededor, solo de mojarras que ni cumplian la talla, decidimos de recoger las cañas y dar por finalizada la jornada de pesca, pero con la ilusión de volver a intentarlo otro día y coger alguna que otra captura de ésta gran especie como es la DORADA que tanto llama la atención a los aficionados de la pesca.
